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Artículo en la revista CMD Sport

21/05/2015

El mejor zapato para senderismo, ¿bota o zapato bajo?

La mayoría de aficionados a la montaña descuidan, a menudo, una de las partes más importantes de su cuerpo cuando hacen senderismo: el pie. ¿Cuál es el calzado correcto que debe utilizarse? ¿Qué se debe tener en cuenta a la hora de adquirirlo?
En cualquier deporte o actividad física que haya una implicación y movilidad alta del pie es fundamental recurrir a un calzado adecuado. Si hablamos de una actividad de montaña como el senderismo, todavía es más importante que la persona utilice un calzado que le permita caminar correctamente, sin riesgos de posibles problemas o lesiones.Como comenta Enric Violan, podólogo deportivo, “siempre haremos una elección en función del tipo de actividad que vayamos a realizar en el monte, valorando también el tipo de terreno al que nos vamos a enfrentar y las condiciones climáticas del momento”.

¿Bota o zapatilla?
Hoy en día el mercado ofrece una amplia gama de calzado para cada disciplina deportiva, incluida la actividad en montaña. Una de las dudas que habitualmente surge entre los aficionados al senderismo es si se debe utilizar bota o zapatilla. La elección de una variante u otra dependerá siempre de si estamos ante un senderismo de media- baja montaña o de media-alta montaña. “Para baja y media montaña y en condiciones climatológicas normales”, explica Enric, “la bota de trekking está perdiendo uso porque, hoy en día, la zapatilla nos está dando un grip o agarre muy bueno. Además, todos los modelos disponibles en el mercado ofrecen una transpirabilidad alta que disminuye el riesgo de que salgan ampollas. Por otra parte, con una zapatilla arrastramos menos peso y, en consecuencia, hay menor fatiga muscular. La bota estaría recomendada cuando estamos haciendo media-alta montaña o bien salimos con unas condiciones meteorológicas adversas de nieve o hielo. Además, en un senderismo de baja-media montaña el riesgo de que el tobillo sufra es bajo porque el terreno no es excesivamente irregular. Si utilizáramos bota, el pie no estaría trabajando de una forma correcta porque se limitaría la movilidad de la articulación”.
De la misma forma que es importante escoger adecuadamente el calzado de montaña, también es necesario elegir correctamente el calcetín. “Tiene que transpirar y para ello buscaremos un tejido muy natural como la lana de merino o cualquier otro que tenga un componente que permita la expulsión de sudor. En función de la época del año y el clima del momento utilizaremos de mayor o menor grosor”, explica Violan.



Problemas de una elección inadecuada
Una elección incorrecta del calzado de montaña puede derivar en serios problemas. Como comenta Enric, “en líneas generales podemos hablar de problemas dérmicos y problemas del aparato locomotor-biomecánicos. Respecto a los primeros, el más habitual es la ampolla. En cuanto a los segundos, podemos encontrarnos con problemas musculares y articulares. Nuestro aparato locomotor está formado por toda una cadena muscular y articular que si no está bien nivelada desde abajo, acabará repercutiendo a un nivel superior”. 
Uno de los errores más frecuentes de los aficionados al senderismo es escoger el calzado por criterios básicamente estéticos, sin recurrir a profesionales que puedan asesorarlos adecuadamente. “En general, nunca ha existido una cultura del deporte y esto ha provocado que la gente que sale a la montaña se deje guiar únicamente por aficionados y gente formada por casas comerciales. Desconocen que los podólogos deportivos estamos para valorar el pie y aconsejar el tipo de calzado que hay que utilizar en cada caso”, añade Violan.

Cómo probarse el calzado de montaña
Cuando una persona se prueba un calzado de montaña tiene que tener en cuenta dos criterios básicos: el ancho y el largo. “Siempre recomiendo que cuando se vaya a comprar, se acuda a un establecimiento que tenga diferentes marcas porque tendrá más opciones de prueba. Las hormas de una misma marca varían poco de un modelo a otro. Sin embargo, la horma de diferentes marcas sí que presentan diferencias. También es recomendable hacer la prueba de calzado a última hora de la tarde”, argumenta Enric.

Para escoger el número correcto, Violan recomienda sacar previamente la plantilla original del calzado, colocarla sobre el suelo y posteriormente poner el pie encima fijando el talón en la parte posterior de la plantilla. “Tendremos claro si realmente es nuestro número si por delante nos sobra un centímetro aproximadamente. Si no quito la plantilla e introduzco directamente el pie en su interior será muy difícil que pueda ver el espacio que hay. Además todo este tipo de calzado tiene una ligera inclinación hacia delante y por defecto siempre acabaremos tocando la punta”.

Para asegurarnos de que es el ancho adecuado, “introduciremos el pie en el calzado y valoraremos los espacios laterales. Si noto que me aprieta, escogeré otro modelo”.

Por último, si se va adquirir una bota es importante tener en cuenta su flexibilidad. “Si es de caña mediatenemos que ser capaces de poder flexionarla ya que de lo contrario nos limitará el tobillo”. 

Tratamiento y prevención de ampollas
La ampolla es la lesión más habitual entre aficionados de deporte de montaña y aparece por un problema de recalentamiento de la piel en una zona de fricción, bien porque el pie se mueve en exceso o porque hay demasiada presión. ¿Cómo se debe actuar cuando aparece? Como explica Enric, “Si ya la tenemos y sabemos que está en una zona donde nos afectará la presión o fricción, antes de salir lo mejor es protegerla”.

En el caso de que la ampolla aparezca durante una marcha, se valorará la opción de reventarla o no. “Si realmente hay una molestia importante que nos impide seguir caminando normal hay que reventarla porque nos puede repercutir en el aparato locomotor el hecho de andar mal. Para ello la pincharemos con un imperdible, colocaremos a continuación un apósito hidrocoloide y, finalmente, protegeremos con esparadrapo”.

Cuando se quiere prevenir su aparición, Enric recomienda lubricar el pie antes de salir mediante vaselina, talco u otras modalidades que eviten las fricciones y bajen la temperatura del pie. Por último, también hay que tener en cuenta que las uñas siempre tienen que estar cortas, “pero nunca hay que cortarlas el mismo día de la salida. Siempre se hará en línea recta evitando las aristas para que no roce con el dedo de al lado y lo dañe”, concluye Violan. 

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